Una escoba y bolsas para basura

La vida cambia en cuestión de segundos… lo he visto muchas veces. Cambia sin avisar.… La pérdida es fiel compañera del cambio, lo acompaña siempre, aún cuando el cambio sea para mejorar.

Ah..(suspiro) pero la pérdida se hace más visible cuando el cambio es uno que no queremos enfrentar…. Se para frente a nosotros, cual gigante… imposible de ignorar, tanto es el dolor que no nos deja respirar. Familias que hacían planes juntas, en un abrir y cerrar de ojos se enfrentan al vacío que deja alguien que aman y ya no está; niños y niñas que pierden su inocencia en manos de gente que sólo conoce violencia, ó también aquellos que, a causa de engaño, pierden su libertad.

De estos temas hay muchísimo que hablar, pero hoy les quiero contar algo que me impactó el día que se quemó completamente la casa en la que crecí – la casa de mis papás. (En otra ocasión escribiré de ¨Lo que Ví” ese día y lo agradecida que estoy con tantas muestras de amor).  No pretendo comparar esta situación a las anteriores, pero si resaltar un detalle, que creo que se aplica a todas…

Ese mismo día. Al finalizar la tarde, los últimos amigos que habían llegado a auxiliarnos acababan de partir. Con mi papá, estábamos preparándonos para ir a mi casa (la de ellos estaba inhabitable), cuando sonó el timbre.   Una señora que no conocía se paró frente a mí. Tenía unos jeans azules, y una blusa negra y sandalias baratas (de esas que no te dá pena arruinar). En su mano derecha tenía un rollo de bolsas de basura, y en su izquierda una escoba. Su pelo estaba amarrado por una cola, estaba lista, presta y dispuesta a trabajar….

Escoba y bolsas

Se disculpó por llegar tarde, pero se acababa de enterar… Ella no sabía quién vivía en la casa, no conocía las circunstancias del incendio, pero sabía que alguien necesitaba ayuda y ella estaba dispuesta a ayudar. No llegó a juzgar como hicieron muchos otros, ni a compadecerse de nosotros o la situación, no llegó a dar consejos tardíos en cuanto a la prevención – Llegó dispuesta a dar lo que tenía, y sin duda tocó mi corazón.   Mis ojos se llenan de lágrimas, porque con voz sincera lamentó lo que pasó, y sin saber nuestros nombres, estuvo dispuesta a ensuciarse, y con sus bolsas lo probó .

Las situaciones difíciles nos llegan a todos, no respetan edad, raza, país o condición. Nunca puedes llegar a conocer el profundo impacto que un simple acto de bondad puede tener en un corazón. Nos conectamos, cuando en lugar de sentir lástima, sentimos el dolor ajeno… cuando en lugar de juzgar damos de lo mucho o poco que tenemos para ayudar.   Un pedazo de pan, algo de tu bolsillo,   un hombro para llorar, oídos para escuchar, un abrazo para consolar, una voz para el que ya no puede hablar…   Dejar de huir del dolor ajeno y arremangarnos las mangas para acompañar, es uno de los tesoros más valiosos que podemos dar.

Hasta las “Bolsas de Basura y las Escobas” dejan huellas que el tiempo no puede borrar…sin lugar a dudas, Dios nos hizo para vivir en comunidad.

 

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“Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran”. Romanos 12:15 NVI

6 comentarios en “Una escoba y bolsas para basura

  1. Hola Glenda: Que bonito mensaje gracias x sehuir siendo de mucha bendicion para mi y que Dios te siga utilizando como lo ha hecho hasta el día de hoy Bendiciones Un Abrazo 🙂

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  2. Que lindó mensaje Glenda, así de cierto es debemos estar dispuestos a ayudar en ves de criticar !
    El mundo y la vida serían tan diferentes si realmente cumpliéramos con el mandamiento que dice ama a tu prójimo como a ti mismo!

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